Tres aspectos a considerar al utilizar pantallas 3D en su quirófano
Actualizado: Mayo 06
Optimizar el flujo de trabajo en las salas de quirófano no es tarea fácil, para lograrlo es necesario que se tengan los dispositivos adecuados para mejorar la calidad de la imagen en las cirugías y ofrecer a los pacientes mejores resultados. Las imágenes en 3D son una gran ventaja para la cirugía mínimamente invasiva, pero pueden resultar molestas cuando se utilizan durante períodos prolongados.
Antes de integrar imágenes 3D en una sala de operaciones, es importante conocer todos los detalles correspondientes, los avances tecnológicos, la creciente demanda por hospitales con equipo moderno y la posibilidad de soluciones que ofrecen su integración, ya que brinda mayor precisión con imágenes 3D. El experto de Barco, Francisco Fandiño, Director de ventas Latin America, explica cómo funciona esta tecnología:
“El ojo humano tiene la capacidad de percibir únicamente imágenes en 2D, por ello para crear un efecto de profundidad, es necesario hacer una ilusión óptica con la combinación de dos imágenes 2D, una para cada ojo, ya que el cerebro los combina, se obtiene la impresión de ver una imagen con profundidad. Con esta tecnología se puede ofrecer al paciente una cirugía mínimamente invasiva que dé como resultado un menor impacto físico. Para ello es importante que las imágenes que se utilizan en 3D sean fiables, con una latencia cercana a cero y sin artefactos; a su vez ambos ojos deben estar calibrados para que se reduzca cualquier molestia visual que pudiera afectar al momento de realizar una operación.” Comentó, Francisco Fandiño, Director de Ventas Latin America en Barco Al respecto, el especialista enlista los tres puntos clave que se deben de tomar en cuenta en el uso de las imágenes 3D para salas de quirófanos:
- Ángulo de Visión:
- Diafonía:
- Flexibilidad:
Se refiere al espacio de visión que se muestra en una pantalla, tanto horizontal como vertical, la unión de las imágenes para ambos ojos se puede ver en la pantalla a través del uso de gafas para 3D.
Se trata del aislamiento incompleto de los canales izquierdo y derecho, y cómo estos pueden provocar un efecto fantasma uno sobre otro; se ve representado a través de una indicación porcentual que debe establecerse por debajo del 7% que sirve para mantener la incomodidad visual al mínimo.
Si bien es cierto que no todos los procedimientos necesitan de la tecnología 3D, la transición de lo convencional a los nuevos recursos puede ser paulatina, sin embargo, tener a la mano esta tecnología permite mejorar la visión de los estudios que se han realizado y se realizarán. Los estudios puestos en un sistema OR sobre IP flexible admite imágenes en 3D y pueden procesar varios estándares 3D, además múltiples interfaces y traducir un video de origen automáticamente a 2D y 3D.
Adoptar estas nuevas medidas en las salas de operaciones serán necesarias para incursionar en las tendencias de la transmisión digital en 3D, a través de su diseño centrado en la capacidad del médico, es posible garantizar al paciente mayor comodidad y resultados certeros al momento de realizar operaciones en tres dimensiones.